viernes, 11 de marzo de 2011

Fiebre en el Sábado Noche

Unos minutos antes:

Un sábado cualquiera en una discoteca cualquiera de una ciudad cualquiera, un minundis cualquiera que se cree un John Travolta de la vida hace alarde de sus dotes de bailarín en el puto centro de la pista de baile.

-¡Oye!, me mola mazo tu forma de bailar.
-A mí también.
-Y también me molas tú. Dentro de poco pondrán las lentas, ¿bailarías conmigo?
-Lo último que haría en esta vida sería bailar contigo para que luego te me restriegues como una vaca en celo, zorra asquerosa.
-¡¡¡¡Eres un maldito borde hijodeputa!!!!
-¡Sí, ya! ¡Venga!, ¡saca tu gordo trasero de mi espacio vital!, que me afeas el baile.
-¡¡¡¡Te voy a ...!!!!
¡¡¡¡¡TOMA!!!!


La imagen lo dice todo, pero la cosa no queda ahí. Nuestro amigo Travolta en su afán por no perder el equilibrio (queda muy feo el que te caigas en una disco repleta de tías buenorras llevándote al mismo tiempo las manos a los testículos mientras te retuerces de dolor) intenta agarrarse al pantalón del tío de la camiseta de asas, que resulta ser el típico musculitos buscabullas que te pegaría una leche por la simple razón de que piense que lo estabas mirando.

Lo de la marimba de ostias que le caen después al Travolta este de pacotilla no hace falta que os lo describa, basta con ver las caras de susto de las tías del fondo que deben saber cómo se las gasta el bullero.

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